sábado, 20 de enero de 2018

Erase una vez, que era...

Aldaia-Teruel-Aldaia, abril 2017.

Hace unos años mirando el mapa de carreteras, buscando posibles rutas para hacer en bici, encontre una que por los paisajes y parajes por los que discurre, podría resultar muy bonita, el unico inconveniente que le encuentro, es que tiene mucha montaña. En su momento, lo hubiera planificado como un viaje de tres o cuatro dias debido a la distancia a recorrer y que tambien el entorno merece mas atencion, pero con las experiencias de la larga distancia y brevets, me parecio interesante e incluso viable hacerlo en un solo dia. El viaje, si asi se le puede llamar se trata de salir desde mi casa, atravesar la montañosa comarca de los serranos, el rincon de Ademuz, en la provincia de Valencia, Teruel, Segorbe y llegar a casa, un total de 330km y un desnivel acumulado de 4100m que me parece terrorifico quiza por esta y otras razones que pesaron mucho mas,  se quedo en el cajon de pendientes, hasta que este año lo rescate del fondo, lo desenpolve y comence a prepararme fisicamente, durante los meses de enero, febrero y marzo para en abril, en semana santa, aprovechando las temperaturas que empiezan a ser mas suaves, realizarlo.

Llego el dia de empezar esta aventura, los miedos siempre los tengo ahi, avisandome, lo mas facil seria quedarme en la cama durmiendo unas horas mas, pero no, me levanto y me preparo para poner en marcha un sueño. Son las cinco de la mañana y ya estoy en la calle montado en la bici, una bicicleta de carretera de principios de los 90 muy semejante a las vitus, aunque no es de esa marca, en el cuadro pone MM Lasa, compañera fiel de multitud de rutas y algunas de largo recorrido. Salgo desde mi casa en Aldaya,  recorro las calles que me han de llevar hacia las afueras, estas estan completamente vacias de gente, me aproximo a un semaforo que regula el inexistente trafico en este momento, mientras yo precavidamente me lo salto. Los primeros momentos desde que comienzo, son para mi de incertidumbre y es que voy observando como me noto fisicamente, molestias, sensaciones sobre la bici, etc y ademas como responde la bici, ruidos, pinchazos, etc, hasta darme cuenta que todo va bien y encontrar el punto de confianza que me permita relajarme, ademas no voy solo, el miedo a fracasar tambien me acompaña en este inicio. La cosa va bien y fluyen los kilometros y las buenas sensaciones, voy encadenando uno tras otro los pueblos de Quart de Poblet, Manises, Paterna, San Antonio de Benageber, La Eliana, La Pobla de Vallbona, Benisano y Lliria, a este tramo le tengo mucho cariño porque en mis inicios, cuando aun era adolescente, fue la primera ruta seria que realice cuando me compre mi primera bicicleta de montaña, esos 30km de ida mas los de vuelta eran para mi todo un reto, recuerdo que entonces no estaba preparado para hacer esos 72km que realizaba una o dos veces al año y a la vuelta siempre acavaba con rampas en los muslos y los gemelos se me enganchaban, luego venian las agujetas, eran otros tiempos. A partir de Lliria, se acaba lo que para mi es mi zona de confort y de seguridad, los pueblos estan ahora mas espaciados y la luz ese manto que me protegia anteriormente, se diluye con la oscuridad. Me encamino por el carril bici hacia Casinos, la oscuridad me rodea completamente, gracias al faro y al frontal consigo abrirme camino.

Paso por Casinos, en un bar que ya esta abierto me tomo el segundo desayuno del dia, no me entretengo mucho, total me he tomado un cortado calentito, me encuentro dentro del radio de accion de las rutas que suelo realizar y aunque el hecho del viaje,en si, me motiva lo recorrido hasta ahora me es monotono por conocido y porque hasta que no salga de mi radio de accion no empezare a disfrutar verdaderamente del viaje y eso sera a partir de Losa del Obispo, donde empezara lo desconocido y ahi esta lo interesante, descubrir lo que hay detras de esas montañas. A partir de salir de Casinos, empiezan las primeras dificultades y el aperitivo de lo que tiene que llegar despues, unos kilometros de subida que cuando la he realizado alguna vez de dia, se me a atragantado porque parece que es una cuesta corta y cuando creo que termina, continua ascendiendo mas y si encima la hago a oscuras, todavia peor. Cuando se llega arriba hay una panoramica fantastica del valle que hay a continuacion, la serrania de Chera, el cañon del Turia en Chulilla a la izquierda, Villar del Arzobispo a la derecha y al fondo Losa del Obispo y toda la serrania que tengo que atravesar hoy, lastima que aun esta oscuro y solo se pueden ver los puntos luminosos de las farolas. Poco a poco el cielo va tornandose mas claro las primeras luces del dia empiezan a despertar un paisaje que hace unos minutos estaba cubierto por la oscuridad, esto me hace sentirme mas tranquilo. Dejo atras Losa del Obispo, donde me interno en la comarca de los serranos, una comarca en donde el rio Turia y la montaña esta muy presente. Hara unos veinte años, cuando me compre el coche, descubri, en parte, esta comarca, la montaña y el senderismo han sido mi mayor aficion y en estas tierras por las que siento una gran atraccion, encontre rutas para descubrir las maravillas que atesora. Lugares cuyos nombres me llamaron la atencion el barranco del fraile, el charco azul, peña cortada, el barranco de la arquela, Bercuta, Barchel, lomas de chinchel, el mozul, el alto de buena leche, donde hice mi bautismo con la btt en montaña, otros lugares mas conocidos como Chulilla y su estrecho de los cinglos, El casco historico de Chelva y algun sitio mas que ahora se me olvida. Continuo por la carretera, un cartel  anuncia el embalse de Loriguilla por una carreterilla a mi izquierda, estaria bien una visita, pero paso de largo, hubiera sido interesante pero es un desvio que no me permito el lujo de hacer hoy. Mas adelante me encuentro con la cola del embalse a la altura de  Domeño un pueblo abandonado por la construccion del embalse, del que no queda mas que las ruinas de su castillo, recuerdo cuando hace unos años, se podia entrar en el pueblo abandonado, pasear por sus calles llenas de matorrales, entrar dentro de la iglesia, era todo un poco tetrico y a la vez peligroso por el riesgo de derrumbes, hasta que un dia alguien penso en arrasar las ruinas del pueblo para prevenir accidentes, tambien esta la cascada que le da un toque curioso al lugar, en el momento que pasaba no caia agua. Desde Domeño comienza una larga ascension que pasando por las localidades de Calles, Chelva y la cercana Tuejar debe culminar 17km despues en el puerto de la montalbana. La carretera ya no pasa por dentro de Calles ahora hay una circunvalacion que como casi todas asciende con unas pendientes fuertes por la ladera de las montañas apartandose de la poblacion. En Chelva paro de nuevo para descansar y aprovecho para llenar las botellas en una fuente y seguidamente reanudo la marcha. Chelva hubiera merecido un paseo por sus calles pero tengo mucho camino por delante, en otra ocasion sera. Me despido de Chelva y de la compañia cercana del Turia que hasta aqui se podia intuir su presencia por estos accidentados parajes. El terreno es cada vez mas montañoso y la carretera sigue ascendiendo casi sin tregua, dejo atras el cruce que lleva a Tuejar y tras una breve bajada que me sirve para descansar de tanto subir, cruzo el puente sobre el rio Tuejar y vuelvo a subir, son nueve kilometros mas de ascension y me habre quitado de encima una de las principales dificultades. Voy ascendiendo poco a poco rodeado de campos de olivos y estos dan paso a los pinos, los que me acompañaran hasta coronar el puerto y en el descenso posterior hacia la poblacion de Titaguas, poblacion cuyos alrededores, me recuerdan a algun paisaje conquense en el que despues de atravesar un bosque de pinos aparece un plano donde los campos son amarillos, la carretera es completamente recta y un pueblo del que sobresale la torre de una iglesia sobre los tejados de las casas. Salgo de este pueblo y comienza otra ascension mientras que la carretera se estrecha, unos kilometros despues llego a Aras de los Olmos, el ultimo pueblo de la provincia de Valencia, antes de entrar en la provincia de Cuenca, estoy a 1000m sobre el nivel  del mar, parece mentira que ya este por aqui, parecia todo esto tan lejano e imposible de llegar y sin darme cuenta ya estoy en Aras. El pueblo queda atras y la carretera me descubre un paisaje de campos sin apenas arboles, hasta que en el descenso esta, empieza a rodearse de pinares y empieza a intuirse al fondo el rio Turia de nuevo haciendose camino entre las altas montañas que le cierran el paso formando unos cortados de espanto, cruzo el puente sobre el rio en un cortado donde la altura y la vista es impresionante, estoy en la provincia de Cuenca. A partir de ahora el Turia sera mi compañero hasta llegar a Teruel, en estos primeros kilometros juntos llego a Santa Cruz de Moya y la carretera vuelve a ascender, esto parece que no termine, despues viene el descenso, un descenso de vertigo, estoy tan alto y el rio esta tan abajo que me da mucha impresion. La bajada por la carretera es larga y salvo un tramo de curvas de herradura donde hay que apretar el freno a fondo el resto lo hago dejandome llevar. La cuesta abajo se acaba, vuelvo a dar pedales, ahora la carretera va serpenteando, remontando paralela al rio Turia  a los lados, montañas que no dejan ver mas alla de este valle que forma el rio, que sera mi compañero hasta llegar a Teruel. Ya llevo ciento y pocos kilometros, he subido mas que he bajado y lo que me queda es de suave subida, las piernas van bien y el animo tambien, ya casi estoy en Teruel.

Paso por la poblacion de Casas Bajas y seguidamente unos kilometros mas adelante Casas Altas, me anuncia ya la cercania de Ademuz, y nueva parada para picotear un poco, descansar y coger fuerzas, Ademuz me trae buenos recuerdos, de cuando venia aqui a una tienda, haciendo el reparto con un camion. Retomo la marcha, la salida de Ademuz es cuesta arriba, sigo por la carretera vieja. En unos kilometros llego a Torrebaja a partir de aqui el trafico aumenta en los dos sentidos de la carretera, coches y sobretodo camiones bañeras y transportando troncos hacen que el transito por la carretera esta no sea del todo agradable, si no fuera por el paisaje, buena parte de la carretera esta flanqueada por arboles en casi todo el camino, tras ellos el valle que forma el rio y las montañas que lo rodean. Paso por Mas de Jacinto, Libros, ya en la provincia de Teruel, Villel y Villastar, Teruel esta a tiro de piedra. A lo lejos se empiezan a ver los edificios mas altos de Teruel, ya estoy cerca, eso me anima, aunque algun pequeño repecho me quiere asustar continuo pedaleando con bastantes ganas, las piernas acusan los kilometros que llevo ya, pero me siento muy entero y eso me da mucha confianza para continuar la segunda parte de este viaje.

Mi intencion es entrar en la capital,  llego a los primeros edificios, para subir por la calle san Francisco una calle todo hay que decir, con trafico, al llegar a la calle del ovalo, vaya, creia que podia coger la calle del salvador para pasar por la torre mudejar, pero no, continuo y no encuentro calle alguna que me lleve a la plaza del torico, que diferente es ir de peaton a tener que atenerse a la señalizacion en bici, me voy a lo practico y me meto por la plaza san Juan que aunque es peatonal es lo que conozco de las muchas veces que he ido por aqui hasta llegar a la del torico para mi sorpresa la calle que desemboca en la plaza tambien esta prohibida para mi, pues me bajo de la bici, y ando lo que me falta hasta la plaza, llevo un porron de kilometros hasta llegar aqui y resulta que me voy a marear en las calles de Teruel, me hago la foto junto al monumento del torico y seguidamente busco un super para comprar provisiones para comer ahora y para despues, comprado todo me siento en un parque a la sombra de un arbol y como, en un bar cercano me tomo un cortado. Luce el sol y hace una temperatura agradable, alli sentado repaso lo que ha sido el dia hasta llegar aqui y lo que me falta, llamo a mi mujer para contarle lo vivido hasta ahora hablo con mis hijos, me gustaria estar con ellos aqui, disfrutando de esta hermosa ciudad y de este momento.
Bueno es el momento de ponerse en marcha de nuevo la segunda parte ha de llevarme hasta casa. Salgo por la calle del salvador, paso por debajo de la torre mudejar del mismo nombre y vuelvo a salir a la calle del ovalo en la misma direccion que antes para cruzar el viaducto y ascender poco a poco dejando atras el centro de Teruel en direccion Valencia. Salgo de la capital, no recordaba que la salida estuviese tan lejos,  entro de nuevo en la nacional esta es la N 234 que no dejare hasta llegar a Sagunto.

Vuelvo a la carretera, a los espacios abiertos, en un paisaje completamente  raso, no hay un solo arbol solo matorrales, carrascas, etc, comienzo la ascension al puerto de escandon, el cual, no he subido nunca con la bici, pero es como todos, hay que subirlo. La carretera va describiendo suaves curvas mientras voy ascendiendo lentamente, me siento pequeño ante la prolongada pendiente y lo ancha que es la carretera, los coches que me adelantan pasan a toda leche mientras yo casi voy parado. Todavia me quedan fuerzas para subir pero no voy a forzarme porque todavia queda mucho viaje, poco a poco llego al puerto escandon, llevo ya 200 km, recorridos, una brevet, creo que he pasado lo peor en cuanto a desniveles  ahora se supone que el camino que me resta es practicamente cuesta abajo. Llego a La Puebla de Valverde casi sin pedalear por una carretera casi recta y sin trafico. Continuo sin parar aprovechando la cuesta abajo y asi adelantar kilometros antes de  que anochezca, llego a Sarrion. A partir de aqui la carretera deja de ser todo cuesta abajo, ademas se une una brisa en contra que me hace el pedaleo mas dificil, las posaderas llevan un rato avisandome que llevo muchas horas sentado en este sillin que llega a ser un elemento de tortura, estoy atravesando un rato malo y en Venta del aire paro junto al restaurante a descansar un poco y descargar piernas y posaderas.  Me pongo en marcha diez minutos despues, creo que este tiempo es suficiente, parece mentira que un pequeño descanso de diez minutos alivie tanto, las molestias estan ahi, pero el pedaleo y el animo cambian a mejor.
Dejo atras la provincia de Teruel y entro en la de Castellon, Barracas no esta lejos, cuando llego paro de nuevo, relleno los botellines de agua, desde que empezo a oscurecer, tambien empezo a refrescar y aun sopla la dichosa brisa, que me ha incomodado los ultimos kilometros, mientras, hago un chequeo de daños, el culo lo tengo molido del sillin, las piernas aunque fatigadas no noto molestias importantes, el resto del cuerpo esta bien y el animo esta mejor que hace unos minutos. Ahora tengo que afrontar los kilometros que me quedan completamente a oscuras, mientras he estado parado, la noche se me ha echado encima, va a ser una prueba mas para la resistencia mental. Salgo de Barracas un poco mas descansado, ya con las luces encendidas y el chaleco reflectante puesto, cojo la carretera antigua la que va por las curvas del puerto del ragudo, menos mal que este puerto lo cojo cuesta abajo y no debe tener mucha dificultad, solo me inquieta una cosa, aunque es algo quiza inverosimil, y es que este puerto tiene una leyenda, la de la chica de la curva, no se si es cierto o no pero si veo alguna presencia por este tramo, me cago la pata abajo, por si acaso, espero no tener ningun percance y bajar el puerto del tiron. La carretera es estrecha salvo en las curvas de herradura, con un firme muy irregular que hace que en las curvas  frene mucho para no caer en algun bache o socavon, no miro hacia los lados, no, no vaya a ser...
Termino el descenso con alivio llegando a Masadas blancas, el descenso continua pero ya sin curvas cerradas, una recta hasta llegar a Viver y Jerica, ya falta poco para llegar a Segorbe, antes, hay que subir un repechon de unos dos kilometros a la altura de Navajas, para ponerme de nuevo a prueba, las fuerzas no son las mismas a estas alturas, voy subiendo como puedo, llegando a pensar en bajar de la bici en algun momento, pero yo cabezon, continuo arriba pedaleando, hasta que por fin, que alivio, llego a la cima de este puertecillo ahora a descender hasta las puertas de Segorbe y descansar las piernas. En Segorbe paro para cenar, en un bar en el que tienen terraza y asi controlar la bici, me tomo un bocadillo de lomo con queso fundido, un refresco y un cafe para no dormirme. no me recreo demasiado y en cuanto termino de cenar retomo la marcha, salgo de Segorbe, con las reservas llenas, el tramo que me queda es archiconocido por mi ya que es como el pasillo de mi casa, Soneja, el restaurante Millan en Sot de Ferrer, la gasolinera de Algar unico punto donde se ve algo de vida, el limite entre las provincias de Castellon y Valencia sobre un viejo y estrecho puente, Torres-Torres, Estivella, Gilet y unos kilometros mas alla dejo la vieja N234 para coger el cami de Lliria para llegar a Puzol a partir de aqui dejo atras el desierto de oscuridad total solo rota por los oasis iluminados de los pueblos que iba atravesando, para entrar en una zona mas iluminada. Rafelbuñol, Pobla de Farnals, Masamagrell, Museros, Emperador, Albalat dels Sorells, Foios, Meliana, Tavernes blanques y finalmente Valencia son testigos de mi paso fugaz, solo me retienen los semaforos en rojo que me obligan a detenerme, para fastidio mio, el culo lo tengo molido, las piernas van ya en automatico, me muevo porque tengo que llegar, aun tengo fuerzas y animo pero tanto parar y arrancar me esta fastidiando, quiza debi haber ido por Betera pero hubiese tenido mas cuestas y por aqui es completamente llano. La avenida de la constitucion me da la bienvenida a Valencia, llego a la calle del pla de zaidia siguiendo en paralelo el viejo cauce del rio Turia, llego al final y cruzo el rio por el puente del 9 de octubre buscando la avenida del cid, para ir en direccion Madrid, buscando salir de Valencia, casi saliendo un cartel me dice que voy a entrar en una autovia y que tome un camino alternativo por vias urbanas, "y una leche" con todo lo que llevo recorrido, las piernas en automatico, si me voy por la alternativa, esta es una montaña rusa y me va a hacer polvo, decido seguir por la autovia, solo es un kilometro hasta coger la salida de Xirivella, a estas horas hay movimiento de coches pero no es para tanto. Salgo de Valencia por la A3 y en la primera salida me salgo, por la carretera rozo las primeras casas de Xirivella, Aldaya esta a solo tres kilometros mas, no paro, la ultima vez que lo hice fue antes de entrar en Valencia, ahora solo queda llegar a casa, en estos momentos aunque las molestias son notorias, es tal el estado de euforia que no les hago caso, estoy contento de haber llegado hasta aqui, de las vivencias de este largo dia, de estar cerca ya de casa, con esta euforia consigo vengarme de todos los miedos e incertidumbres de los dias previos y en los primeros instantes de salir esta mañana, me acuerdo de los momentos de bajon y de dudas durante el recorrido y me rio interiormente, mientras a mi izquierda grupos de jovenes hacen botellon en un parking, la carretera me conduce por un tunel formado de arboles a un lado y otro de esta, para  a su salida, encontrarme  en Aldaya, ya esta,  llegar me produce una sensacion agridulce pero tambien de alivio, el cansancio, las pequeñas molestias en piernas y rodillas y sobretodo el culo hacen que tenga ganas de terminar, es lo que tiene la larga distancia a los que nos gusta, esto son como pequeñas heridas de guerra que despues de unos dias y con el descanso adecuado desapareceran y como dice el refran "sarna a gusto, no pica" . Finalmente entro en el casco urbano de Aldaya, circulo por una larga y solitaria calle que me conduce a mi casa, es como la recta final en una carrera, pero con la peculiaridad de no tener aplausos, ni banda de musica tocando una melodia alegre, no hay ningun tipo de recibimiento, ni gloria, nadie que vea a ese anonimo ciclista solitario que circula con una bicicleta de carretera, aunque hubiese alguien que fuese espectador de su paso, nunca adivinaria que ese ciclista esta realizando los ultimos metros de un sueño.

Es de noche ya, estoy tumbado en la cama tengo los ojos cerrados pero no puedo dormir, una timida rafaga de luz de las farolas de la calle, consigue colarse a traves de los agujeros de la persiana, dejando la habitacion en una suave penumbra, en estos momentos todo es silencio, no se cuanto tiempo ha pasado, minutos, horas... No lo se, solo se, que en ese tiempo que ha transcurrido he podido vivir, como si hubiese sido real, aquel viaje que un dia quise llevar a cabo y hoy, se, que ya nunca podre realizar.

jueves, 11 de enero de 2018

Travesia Betera-Segorbe.


INTRODUCCION:



La idea de hacer este recorrido surgió a partir de leer un articulo en la revista “Nou Pindaro” del mes de Febrero de 2000, en la que una persona narraba una salida que hizo andando desde Betera hasta Navajas atravesando la sierra calderona. Por aquel entonces empezaba a picarme el gusanillo del senderismo y me llamo tanto la atención que pensé que algún día podría hacer  ese mismo recorrido. Durante el mes de Noviembre de ese mismo año mientras estaba preparándome para el maratón  de montaña de la sierra de Espadan pensé en hacer un recorrido mas largo  de los que había hecho hasta ese momento como prueba para ver si seria capaz de hacer el maratón. No pensé en que día lo haría pero tenia que ser un Sábado para tener el Domingo para descansar y unas semanas antes del maratón. La semana del 13 al 19 estuve mirando posibles recorridos con mas de treinta kilómetros y pensé porque no hacia lo de ir hasta Segorbe ya que allí pasa el tren y así tendría la vuelta asegurada. Durante esos días medí la distancia entre Betera y Segorbe gracias a los mapas militares que tengo, pero no conseguí los horarios de autobuses y trenes para saber cuando tenia que salir y cuando volvería a casa, aunque un Jueves por la tarde después de salir de trabajar fui a la estación de Picaña a ver a que hora salía el primer tren pero esos horarios no me servían, además no supe hasta el ultimo momento que el sábado no iba a ir a trabajar. Esto me fastidio bastante porque seria muy repentino decir que me iba a andar durante todo el día por el monte además sin saber los horarios del tren de vuelta. A todo esto había que sumarle el que a mis padres no les hacía demasiada gracia mi aventura por esas tierras de Dios. Así que esa noche me fui al club a cenar y el Domingo salimos mi padre y yo por Serra hasta la torre vigía de Tristán para conocer parte del camino que tendría que recorrer. Desde ese puesto de vigilancia se podía ver Segorbe, la sierra de Espadan, etc. La semana siguiente no salí a andar porque fui a correr y en la semana del 27 al 3 de Diciembre decidí que el Sábado día dos saldría. El lunes en el trabajo me invente que tenia una boda para ese Sábado y a mi madre le dije que se informara de los horarios del metro a Betera y cual es el primer autobús que va hacia Valencia por la mañana. El Jueves mire de comprar un teléfono móvil para que hubiese uno en casa y otro lo llevaba yo, pero no lo compre ya que el precio no era el que yo esperaba unas trece mil pesetas y tampoco estaba muy convencido de que en un futuro hiciese mucha falta. El viernes ya lo tenia todo preparado para salir el día siguiente la ropa que llevaría, mochila, mapas, dinero, plan de viaje, etc. Por la noche me acosté a las diez de la noche para dormir lo suficiente y levantarme al día siguiente a las cinco de la madrugada. Lo que paso es que con los nervios no pude dormirme hasta bastante mas tarde.

Cuando llegue a la estación de Segorbe me lleve una gran alegría por la satisfacción de haber conseguido hacer el recorrido completo sin ningún tipo de percance, pero a la vez triste porque ya había terminado mi aventura por caminos que no conocía todavía, esa incertidumbre de no saber que me iba a encontrar por el camino mientras caminaba, caminar completamente a oscuras por la carretera de Olocau, el susto de los horarios del tren, las dudas de si seria capaz de hacer el recorrido que tenia mientras el tren me llevaba a Betera cosa que me hacia pensar en que ojalá tardase mas el tren en llegar a la estación de Betera. Una vez había llegado a Segorbe lo único que quedaba hacer era volver a casa y pensabas en que el recorrido ya había terminado y la aventura acabado. Pero a pesar de esto quedaba sobretodo la satisfacción de haber hecho algo que no había realizado nunca hasta ese día. Como fue la distancia recorrida, hacer el recorrido yo solo ( ya que no es lo mismo ir solo que acompañado) y lo más importante el conjunto de sensaciones que pude experimentar desde antes de salir de casa hasta que volví otra vez.

En definitiva esta travesía fue una ¡PASADA! Y aunque la repitiese otra vez, al igual que un maratón, no creo que se pudiese comparar con la primera vez.









DIARIO DE LA TRAVESIA ANDANDO ENTRE BETERA Y SEGORBE.

(Sábado 2 de Diciembre de 2000)



Esa noche no pude apenas dormir por los nervios pensando lo que iba a realizar al día siguiente. La noche anterior puse el despertador para que tocase a las cinco de la mañana pero  me desperté cinco minutos antes de que sonara y lo apague, me levante de la cama y me asome por la ventana para ver como estaba el cielo, no fuese que amenazase lluvia, al ver que se veían las estrellas me anime mas todavía, sabia que el tiempo no me iba a impedir salir. Prepare la mochila con ropa de abrigo, comida y una botella de agua, cogí los mapas y a la seis menos diez salí de casa a esperar el autobús que me llevase a Valencia. Estuve esperando quince minutos en la parada hasta que apareció el autobús subí y trece minutos después me dejaba en la calle Cuenca donde seguidamente me dirigí a la estación de metro de Guimerá. Compre el billete  para Betera y fui al anden rápidamente por que había un tren que debía pasar a las seis y veintitrés minutos, aunque este tren paso cinco minutos mas tarde y me permitió cogerlo, así cuando llegase a Betera serian aproximadamente las siete de la mañana, y contaría con una ventaja de media hora respecto a si hubiese tenido que coger el siguiente tren de las siete.

A las 6:53 llego el tren a Betera, y a las 6:55 empece el itinerario por dentro de este pueblo siguiendo la carretera dirección a Naquera. Todavía era de noche pero con las farolas de la calle se podía ver perfectamente, no se veía apenas gente por las calles, solo los hornos estaban abiertos a esas horas y los bares con algunos cazadores que estaban tomando algo antes de irsen  de caza. Pase el puente que atraviesa el barranco del Carraixet y esta fue la ultima parte iluminada del pueblo a partir de aquí hasta que amaneció a las siete y veinte aproximadamente fui a oscuras salvo en algunos momentos alumbrado o incluso deslumbrado por los faros de los coches que pasaban por la carretera. En el mismo cruce con la carretera de Naquera había un cartel que indicaba “SEGORBE 41Km” parecía como si me estuviese avisando de lo que me quedaba por andar todavía. Seguí durante dos kilómetros por la carretera de Olocau hasta llegar a la carretera que va desde el cuartel hasta el monasterio de Portacoeli que fue por donde seguí, ya eran las siete y treinta y cuatro minutos y llevaba unos tres kilómetros andados. Poco a poco mientras andaba por la carretera de Portacoeli iba amaneciendo, pase por delante del cuartel de Betera y de unos soldados que hacían guardia en la puerta, pense en lo que debían pensar al verme por allí andando a esas horas por allí. Al rato me encontré un poste kilométrico que me anunciaba que iba por él kilometro uno lo que me hizo temer que desde Betera hasta el monasterio hubiesen mas de los nueve kilómetros que ponía el mapa, cosa que cuando llegue al monasterio no se confirmo y llegue a la hora que tenia previsto. Eran las 8:23 y pasaba por delante del hospital Dr. Moliner. Mientras caminaba iba tomando referencias en cada poste kilométrico para saber a que velocidad iba andando, me salían todos a once minutos y medio aproximadamente con lo cual iba mejor de lo que yo esperaba. Eran las 8:35 y llegaba al cruce con la carretera que iba a Naquera y en el aparcamiento de la zona recreativa estaban los ciclistas preparandosen para empezar su paseo por la montaña. Poco a poco las montañas de la sierra calderona se iban viendo mas y más cerca y soplaba un poco de viento el día era soleado y me tuve que quitar la chaqueta y en esto casi se me olvidan los mapas que había colgado en una señal de trafico, menos mal que me di cuenta por que ya había andado unos metros, proseguí por la carretera hasta que llegue al monasterio de portacoeli y ya eran las nueve y seis minutos. La carretera se acababa aquí y empezaba un camino pedregoso que se iba empinando cada vez mas subiendo por las laderas de la montaña. A las 9:19 pasaba por la pobleta que era para mí él kilometro 12 y un grupo de cuatro ciclistas pasaba por mi lado subiendo cada uno como podía nos saludamos y me di cuenta que había momentos que parecia que yo iba subiendo más rápido que ellos por que me llevaban muy poca ventaja y parecía que los iba a alcanzar, pero al final ya se me escaparon y los perdí de vista hasta que me los volví a encontrar en el primer cruce de caminos donde nos volvimos a saludar y les dije:

-          ¡Menuda cuestecita eh!

La verdad que la cuesta era considerable eran tres kilómetros y había pasado de los 280m a los 580m y aun me faltaban cuatro kilómetros mas para llegar a la cota más alta del recorrido. A las 10:18 estaba en la fuente el poll en este cruce de caminos cogí el camino de la izquierda y el camino sé hacia mas duro aunque este tramo ya lo conocía de haber ido con mi padre dos semanas antes, llegue al kilometro dieciocho que era él mas alto del recorrido, unos setecientos ochenta metros, y a la vez la frontera entre las provincias de Castellón y Valencia, al kilometro 19 que era aproximadamente la mitad del recorrido llegue a las diez y cuarenta y ocho, ya había hecho la parte mas dura del recorrido e iba con adelanto puesto que yo tenia previsto llegar a la mitad hacia las doce del mediodía, con lo que cuando llegue a casa Tristán a las 11:02 pare para almorzar y descansar un momento, me comí el bocadillo que llevaba una naranja y bebí agua. Desde este punto se podía ver a lo lejos muy pequeña la ciudad de Segorbe, la sierra de espadán y el Peñagolosa, como hacia frío me volví a poner la chaqueta. Yo estaba tranquilo porque iba con adelanto sobre el horario previsto y me encontraba bien físicamente con lo cual no debía preocuparme, salvo una desgracia, de llegar tarde a la estación y pense en la posibilidad de, si me daba tiempo, coger el tren que había antes del de las siete para regresar a Valencia, mire los horarios del Sábado y entonces descubrí algo que me hizo levantarme como un resorte del asiento, ya que en casa al planificar la vuelta desde Segorbe no me di cuenta de que él ultimo tren que iba hacia Valencia los Sábados pasaba a las cuatro y veintitrés minutos de la tarde, y yo me pensaba que el último pasaba a la siete de la tarde pero este solo pasa los Domingos y festivos, me comí el bocadillo rápidamente y me fui deprisa por si en un caso no llegase. En ningún momento se me paso por la cabeza el volver atrás seguí hacia delante y calculando mentalmente el tiempo que me quedaba para llegar y los kilómetros que quedaban sabiendo que salí de casa Tristán a las 11:17 y me quedaban unos 18 kilómetros pensaba que era aun posible llegar. Mientras andaba llame a casa para decir donde me encontraba  y que estaba bien. Con el pasar de los kilómetros me fui dando cuenta de que al ritmo que iba y además que el recorrido era ya cuesta debajo de que me sobraría tiempo para llegar. El paisaje por aquella zona era devastador por culpa de algún incendio ocurrido años atrás ya que aquellas montañas estaban desnudas de arboles y los que habían estaban tumbados en el suelo y había muy poca vegetación. Este tramo de camino se me empezó ha hacer un poco más largo debido a que no tenia las referencias kilométricas tan claras como al principio ya que este camino era mas recto y los alrededores no tenían mucho para poderse guiar pero sabia que iba por el camino correcto y para confirmarlo llegando a la masía de Ferrer me encontré un grupo de cinco personas a las que les pregunte si por este camino se llegaba a Segorbe  a lo que me contestaron afirmativamente lo cual me dio mucha mas confianza, pase por dicha masía a las 12:05. A partir de aquí el camino pedregoso se convirtió en otro asfaltado y hacia él kilometro 26 me encontré una olivera que según dice el cartel tiene 1500 años, aquí me pare un momento para quitarme la chaqueta ya que era una zona al abrigo del viento y hacia calor. A partir de este punto el camino deja de ser cuesta abajo y ya es más llano salvo en algún repecho. A las 12:26 paso por él kilometro 27, solo me faltan once kilómetros para llegar y aun tengo tres horas y cincuenta y siete minutos para coger el tren, haciendo un calculo aproximado pienso que llegare a Segorbe a las 14:38 lo cual me tranquiliza y aflojo un poco el ritmo. A estas alturas del camino ya se me hacia mas duro andar por el cansancio pero no debía parar para que no se me hiciera tarde. Poco a poco llegue al portillo donde hay una pendiente prolongada y al llegar arriba te encuentras a la derecha del camino una laguna en el fondo de lo que debió ser una cantera, por aquí son ya las 12:42. Por esta zona me paso como al principio del descenso de la sierra que no tenia referencias de los kilómetros entonces iba buscando la referencia del kilometro veintinueve y resulta que me encuentro en él kilometro treinta para satisfacción mía allí estaba según el mapa la masía del gabacho allí había otra laguna más grande que la anterior. Una cosa que me llamo mucho la atención fue que dos personas que iban en sus coches se pararon para ofrecersen a llevarme hasta Segorbe el primero antes de llegar al portillo y el otro un poco mas adelante cosa que se lo agradecí pero mi idea era hacer todo el recorrido andando. También me encontré a dos ciclistas un kilometro después de la masía del gabacho en un cruce de caminos que me preguntaron por un camino que llevaba a Gatova.

 Aunque no tenia ni idea que se pudiese ir a Gatova desde allí pero saque el mapa correspondiente a la zona en la que estabamos e intente orientarlos. Estabamos en un cruce de caminos lo cual no me fue nada difícil encontrar el itinerario que tenían que seguir. Pero este itinerario no les gusto por que debían subir por un sitio muy difícil y decidieron ir hacia Segorbe, me preguntaron que si era militar porque el plano era del ejercito yo les dije que no que los compre en una librería en la calle del Mar ellos me explicaron que seguían una ruta para bici de montaña que habían comprado en la librería París. Ellos se sorprendieron cuando me preguntaron si yo era de Segorbe y les dije que venia desde Betera andando, ellos eran de Betera y se quedaron alucinados. Después de este grato paron ya que estuve un rato con ellos charlando, seguí el camino hasta Segorbe a las 13:30 llegue al cruce de caminos para ir a Geldo o a la carretera de Altura, me fui por el camino de Geldo pero antes de llegar a este pueblo seguí por lo que fue en otro tiempo una vía de tren, que por cierto todavía olía al aceite que se derramaba del tren. Desde aquí ya se veía la ciudad y en línea recta solo habría unos dos kilómetros de distancia pero no había otra elección que ir por este camino o por Geldo haciendo cinco kilómetros mas, me parecio más interesante ir por donde iba la vía y así imaginar el paso del tren por ese sitio. Luego continúe girando a la derecha por un camino asfaltado que se  cruzaba y me llevaba hasta Segorbe. Una vez en las calles de Segorbe empece a buscar la estación de Segorbe-ciudad pero en vez de seguir la avenida como decía el mapa me fui por el centro del pueblo con lo que di mas vuelta y encima iba subiendo cada vez mas, entonces entre por una calle que bajaba y la seguí hasta encontrar las vias, cuando al fin las encontré vi a lo lejos la estación que buscaba allí llegue a las 14:47. En la estación me senté a descansar y a pensar en todo el recorrido que había hecho. Allí sentado en la estación me comí el resto de la comida que me quedaba y llame a casa para que supieran que había llegado a mi destino, ya solo me quedaba que llegase el tren que me llevase a Valencia que paso a las 16:25, subí y llegue a las 17:30 a la estación del Norte, espere hasta las 18:12 hora en que salía un tren regional que me dejaría a 300 metros de mi casa, llegue a casa a las 18:32 dos horas antes de lo que había previsto. En total el tiempo que duro la travesía fue de siete horas y cincuenta y dos minutos para aproximadamente treinta y ocho kilómetros y medio.

Segorbe- ¿Teruel?

Esta entrada viene relacionada con la anterior (si, yo me colé en una brevet de 300). Entrenando para realizar alguna brevet entre marzo y abril, estuve durante el mes de enero y febrero haciendo salidas largas para ir cogiendo resistencia, llego marzo y cogi un constipado de caballo que me tuvo unas semanas fuera de juego, total, que no pude realizar ninguna de las dos brevet de 200 que había en marzo. Me tuve que inventar una brevet de 200km, dos semanas antes de la de 300km para llevar, a mi entender, algo de kilometraje para llegar "fino, filipino", asi que pensando posibilidades se me ocurrio ir hasta Teruel desde Segorbe y volver, salían unos 200km, lo que me hacia falta.
El dia de la salida salio soleado, una cierta brisilla de poniente y un poco de fresco, para ser primeros de abril pensaba que haría menos frio, llevaba toda la equipacion invernal puesta encima. El recorrido no tiene ningún secreto, la antigua N-234 subiendo por las cuestas del ragudo, hasta llegar a Teruel. Yo ya me imaginaba haciéndome la foto en la plaza del torico mientras iba para alla, los primeros kilómetros son cuesta arriba y se van endureciendo cada vez mas hasta culminar después de subir el puerto del ragudo, en el llano de Barracas, conforme iba subiendo el puerto veía como los pinos mas altos se movían por efecto del viento, esto no auguraba nada bueno allí arriba. Pues no, no auguraba nada bueno, no, era un viento de poniente que llegaba a impedir circular en bici con seguridad pero era muy molesto y frio, continue hacia Teruel siguiendo la carretera avanzaba pero la cosa para mi gusto, no fluia mucho. En Sarrion pare a comprar pan para preparar un bocata tanto para almorzar como para comer. A partir de sarrion la carretera prácticamente es una recta interminable cuesta arriba sin ser una pendiente fuerte, el viento hacia que no subiese comodo, iba tan lento que la media de velocidad ya iba por debajo de veinte km/h, eso no me gustaba nada ya que significaba mas horas encima de la bici. Llegue a La Puebla de Valverde hasta los mismísimos del dichoso y molesto viento, pare a almorzar y decidir que hacia ahora, seguir hasta Teruel aguantando este viento unos 30km mas o volvia hacia Segorbe aprovechando que aun tendria el viento a favor mas la pendiente cuesta abajo lo que ayudaría a volver. Uno de los factores que me facilito la decisión fue el tema viento, sabia que para ir a Teruel tendría viento en contra, pero cuanto mas tarde se hiciese, este, podría cambiar, que es lo que suele pasar a partir del mediodía en donde vivo, entonces volveria a tener 100km mas de viento, ahora que estaba a tiempo me di la vuelta y regrese hacia Segorbe.
Como cambiaba todo cuesta abajo, viento a favor por la recta interminable que antes subia a menos de veinte km/h ahora empujado por el viento y sin pedalear, casi llegaba a los cincuenta km/h, pero claro las cosas son como son y hoy la meteorología me tenia reservada una sorpresa inesperada, algo que creo que nunca me había ocurrido.
Antes de llegar a Sarrion disfrutando de la bajada y de la velocidad gracias al viento a favor, de repente este viento de poniente se convirtió en viento de levante ¡no puedo creer lo que esta ocurriendo! quizá será algo pasajero y volverá el de poniente, pero no, no volvió, el viento ahora soplaba de levante con lo cual al ir de vuelta, lo tenia de cara nuevamente, que fatalidad, era tan molesto como antes, asi llegue a Barracas cansadísimo de luchar con el viento incluso en bajadas tenia que pedalear para conseguir llevar una velocidad digna. Desde Barracas miraba hacia el lugar de donde venia el viento en el horizonte se veía como una neblina, no se si de humedad o de que, que le daba un toque de misterio a todo lo que estaba ocurriendo hoy. Continuo, no hay otra para llegar a Segorbe, otra vez a soportar este martirio, bajo el puerto del ragudo, la carretera sigue siendo cuesta abajo hasta llegar a Jerica donde empieza a ascender poco a poco hasta llegar al alto de Navajas para después de una nueva bajada llegar a las puertas de Segorbe.
Habia realizado 180 km, ahora no recuerdo cuanto tiempo me costo, lo que iba a ser un entrene de 200km se quedo en esa cantidad, lo que no me dio mucha seguridad para afrontar 300km en dos semanas.

Si, yo me cole en una brevet de 300.

Como dice el titulo, asi fue, fue en abril de 2015. Ese año estuve preparandome para hacer las brevets de 200 y 300 que organiza la peña ciclista de masamagrell y despues de estar aguantando el frio, el viento y algun chaparron, madrugando a horas en las que las calles no estaban puestas, durante los meses de enero y febrero, cuando llego marzo y la cercania de las brevets de 200, pille un costipado de caballo y no pude asistir, ademas de no poder entrenar durante unas semanas.
Asi que solo me quedaba la de 300 a mediados del mes de abril. Antes hice un entrene para probar, la intencion era hacer 200km pero solo hice 180km, alguien dijo, yo no mande a mis naves a luchar contra los elementos, pues algo de eso ocurrio, ya lo contare en otra entrada.

Asi que el dia de la brevet sali de casa hacia las seis de la mañana, sali con la bici claro, son 20km hasta Masamagrell. Tengo que aclarar que en esta brevet iba a participar de "infiltrado" es decir, que no pague la cuota de inscripcion, aceptando que no iba a aprovechar ningun tipo de servicio que la organizacion pusiera para los participantes, solo seguiria el recorrido marcado y si pudiera tomar contacto con los participantes. Mi brevet iba a ser mas corta, unos 240km, adelantaria 20km en el recorrido desde casa a Masamagrell y cuando llegase por segunda vez a Cheste, regresaria a casa. Eran las siete de la mañana y estaba entrando en Masamagrell, esta era la hora, que ponia, que era la salida, asi que no fui a buscar la salida, segui con la idea de encontrarme con el peloton cuando estos me adelantaran. Llegue a Sagunto, no paso nadie, pase a la altura de Almenara, tampoco, La Llosa, ni rastro, empece a pensar que esta gente habria hecho otro recorrido, no podia ser que con lo lento que voy (23km/h) no me alcanzase nadie. Pase Chilches y a la altura del hotel simba aviste por el retrovisor un peloton de ciclistas.que se acercaban a toda leche, tenian que ser ellos, me alcanzaron, me adelantaron y se alejaron, madre mia irian ¡a mas de 30 por hora!
Casi llegando a Nules me adelanto otro grupo y despues ciclistas desperdigados que supuse que eran de la brevet por llevar transportin o guardabarros en las bicis de carretera. Echando cuentas llegue a la conclusion que la salida se tuvo que dar media hora mas tarde de lo que yo creia. Pues asi llegue a Betxi, ellos tenian almuerzo en un bar yo lo tenia en la mochila. Ahora habia que ir hacia Vall d'uxo en la salida de este pueblo me adelanto un grupo y ya no volvi a ver a nadie mas hasta llegar a Altura. En este pueblo pare a hacer un minidescanso y picotear algo antes de subir el puerto de Chirivilla. El ascenso al puerto se me atraganto completamente y eso que dos semanas antes lo subi con mas alegria, ya llegando a la cima alcance a un participante que en la bajada se me fue.
Visto que no iba muy fino decidi parar en Gatova a comer, saque lo que tenia  preparado de casa y de paso descansar, aun faltaba mucho camino por delante y si seguia asi, en Olocau me volveria a casa. Despues de descender el puerto llegue a Olocau, finalmente decidi continuar el recorrido de la brevet hacia Lliria. Me encontraba mas entero y conforme iba avanzando me sentia mas confiado, el sol brillaba y la temperatura era buena. En Pedralba en el bar del control, me encontre al grupito de tres de Nules, al verme me avisaron de cual de los dos bares era el de control, mientras ellos reanudaban la marcha hacia Cheste. Yo asenti y deje que se alejaran, no hacia falta dar explicaciones, pare un poco, aproveche para beber y comer algo y continue la marcha.
Por la carretera hacia Cheste alcance a otro participante, este, llevaba una bici reclinada, lo que me pregunto es ¿como hara para ponerse en marcha o parar? no se lo llegue a preguntar, estuvimos un rato pedaleando juntos hasta llegar al polideportivo de Cheste, donde el , paro. Algo que me llamo la atencion de los breveteros que pude ver es que llevan faros a  pilas ni una sola dinamo o luz fija. Me encontraba bien de fuerzas llevaria unos 200km en mis piernas y culo, este ya me iba avisando que llevaba muchas horas sentado en el sillin. Pase por Turis, Alborache donde vi las bicicletas, en la puerta del bar, del grupito de tres, que estarian comiendo, Buñol donde tuve a la vista al ciclista frances que vi anteriormente en Altura, no lo alcance hasta llegar a Chiva donde en una rotonda casi se despista y vuelve a Turis, si no llego a pasar se hace veinte kilometros mas. Fuimos juntos hasta Cheste, le explique que estaba haciendo mi propia brevet y que en el siguiente pueblo me iba, el me dijo que ta y como iba podia terminar la brevet entera, no quise hacerle caso porque llegar a 300 me daba vertigo y no lo tenia previsto. En Cheste  decidi abandonar el recorrido de la brevet y volver a casa. La vuelta fue muy fluida aunque el paisaje de poligonos industriales no ayudaba mucho, me sentia bien de fuerzas dudaba entre continuar y hacer unos kilometros mas o terminar, escogi lo segundo. Finalmente llegue a Aldaya, me sente en la terraza de un bar y me pedi unas bravas con una cerveza sin alcohol que me supieron a gloria, mientras repasaba mentalmente mi brevet de la que a parte de las tipicas molestias, me habia dejado buen sabor de boca, tambien me acorde de mis compañeros breveteros que estarian por ahi cubriendo sus ultimos kilometros y en que tal vez desproveche una ocasion magnifica para haber llegado a 300km, ademas llegue a la conclusion de que las brevets no son en cuanto a velocidad, lo que parece cuando lei las normas, la gente rueda muy rapido, lo que me parece muy bien, pero es que parece que hay gente que se lo toma como si fuesen carreras.

miércoles, 10 de enero de 2018

viaje a un lugar de la mancha.


Viaje a un lugar de la mancha.



Era muy temprano todavía cuando sonó el despertador, al despertarme, aun tumbado en la cama, la duda o quizá el miedo me tenía atado a ella y dentro de mí cabeza una pregunta crucial, como quien llega a un cruce de caminos y la elección de uno de ellos ha de determinar el destino que se va a encontrar más adelante ¿me levanto o me espero un poco mas?  y es que cuando voy a emprender algo, en este caso un viaje, cuanto más se acerca el día, mas miedos me asaltan, miedo a sufrir un accidente, a las lesiones, a fracasar y cualquier razón me sirve de excusa para escaquearme una vez más, ante este dilema decido ser valiente y me levanto. Es de noche todavía, la casa está casi a oscuras, iluminada tenuemente por las farolas de la calle cuya luz entra por las ventanas, me asomo por la ventana y compruebo que no hace viento ni llueve, la última razón para escaquearme se ha esfumado, no hay excusa, quizá hubiese querido que la hubiese, pero no, es el momento de prepararse para viajar.

A las 4:45 estoy ya en la calle con la bicicleta preparada, es de noche, hace un poco de fresco, algo normal en el mes de mayo, no sopla viento y el cielo esta raso, todo tranquilo, igual que las calles del barrio donde resido, siento la excitación de empezar algo que antes no había hecho y la emoción a través de este viaje, volver a aquel lugar que hace mucho que no visito, los miedos me siguen avisando, una mezcla entre la emoción de empezar algo y el miedo a que las cosas no salgan bien me invade, ya que hoy será largo el día y pueden pasar muchas cosas, hoy por fin me voy de viaje al pueblo.


Hay que aclarar que este viaje nace de cuando yo era niño y veraneaba en el pueblo de mi madre, allí jugaba a muchas cosas, pero una me faltaba, una bicicleta, en casa tenía una, pero a mis padres les era imposible llevarla y volverla a traer en el viaje de autobús que teníamos que hacer, un día se me ocurrió la idea de llegar allí en bici, soñaba con la idea de recorrer aquella carretera y hacer todos esos kilómetros hasta llegar al pueblo. Con los años esta idea fue tomando cuerpo, empecé a planear el viaje en tres días, pero un día comentado esto a un compañero, este me dijo; - ¿Por qué no lo haces en un solo día? - Saliendo de él, era normal, ya que él está acostumbrado a la larga distancia, pero a mí me pareció en un primer momento una animalada ¡hacer doscientos diez kilómetros en un día!


Mis primeras pedaladas las hago recorriendo algunas calles que me han de llevar hasta las afueras de Aldaya, aquí me siento seguro ya que la iluminación me arropa, conforme voy avanzando paso del paisaje urbano al de los polígonos industriales, los cuales voy encadenando y que me sirven para prorrogar unos kilómetros más mi zona de confort iluminada, hasta que de repente, al final de la última calle de uno de estos, ahora,  fantasmales polígonos,  ese manto que antes me arropaba desapareció como si entrase en un oscuro túnel y me sumerjo en una oscuridad total, solo el haz de luz de mi faro consigue romper la oscuridad permitiéndome ver lo que tengo delante. El cielo esta estrellado aunque no me fijo demasiado en esto, solo miro lo que el faro va descubriendo delante de mí, fuera de esto solo sombras, bultos oscuros que a estas horas me parecen amenazadores, a lo lejos a mi alrededor se pueden intuir por su iluminación algunas urbanizaciones, este tránsito en la oscuridad me parece como el atravesar un desierto donde mis oasis son las poblaciones iluminadas por las que paso, Loriguilla, Cheste y Chiva, las cuales a estas horas todavía están durmiendo.

 Recuerdo hace un millón de años cuando se acercaba el día de irnos al pueblo de vacaciones la emoción de la cercanía del viaje, la ceremonia de meter la ropa y las cosas que me iba a llevar dentro de la bolsa de viaje, la excitación del día previo al viaje con todo ya preparado para al día siguiente, el día del viaje, salir de casa cargados hasta arriba con el equipaje, teniendo que coger un autobús urbano que nos acercara a la estación de autobuses, donde empezaba el verdadero y emocionante viaje hasta el pueblo.

Poco a poco va amaneciendo y el cielo se va tornando de un azul cada vez más claro, lo que a cada pedalada que doy me permite salir de ese angustioso túnel, me siento más aliviado sabiendo que ya va haciéndose de día. La cosa no podía ir mejor de lo que estaba siendo, ahora llegaba a Buñol, a partir de aquí empieza lo que se podría denominar la montaña el paso de la llanura costera a la meseta, este paso, me recordaba la película “naufrago” –si la de Tom Hanks- en la que para poder salir de la isla con la balsa tenía que superar a una determinada distancia de la isla, unas olas gigantes, provocadas por una barrera de coral, eso me pasa a mí con el portillo de Buñol, para poder ir mas allá, tengo que superar esta barrera llamada sierra de las cabrillas.


 Una vez montado en el autobús me sentía como si este, fuese una nave espacial que debía transportarnos más allá de todo lo conocido por mí. Durante el viaje, me permitía descubrir desde su ventana, paisajes que durante el resto del año no podía ver, la impresionante travesía por el portillo de Buñol y la sierra de las cabrillas, en esa carretera con aquellas curvas sin final, sus paisajes de montañas cubiertas de verdes bosques de pinos, de todo esto luego se pasaba a la llanura de la meseta aquí el paisaje era de contrastes ya que la tierra parecía estar parcheada por el amarillo de los campos de cereales recién cosechados, el verde de las vides o los girasoles, o el rojizo de la tierra, los pueblos con sus casas de fachadas blancas, un paisaje que durante el resto del año no estaba acostumbrado a ver.

Empecé a ascender el portillo por la antigua nacional, hoy, no tiene apenas trafico comparado con el que tenía antes de que se construyera el vecino viaducto por el que ahora circula todo el tráfico entre Madrid y Valencia. Las montañas siguen pobladas de árboles que se salvaron de un incendio que asolo esta sierra hace más de veinte años, en lo alto de una de estas montañas, la torre vigía, sigue años después todavía allí en lo alto, vigilando los montes y de reojo a los que circulamos por la carretera. El tránsito por esta sierra se convierte en penoso como ya me imaginaba yo y por fin después de mucho subir, un descansillo, la población de Siete Aguas aparece detrás de una pinada al pie de la ladera de una montaña, aquí aprovechare a llenar los botellines de agua, esta población me trae buenos recuerdos, de cuando venía aquí a participar en una carrera de atletismo, todo el pueblo se llenaba de corredores y aquello era una fiesta del atletismo.

 Aun me queda otra ascensión más para culminar este tránsito por la montaña, esta me era muy conocida por la mencionada carrera ya que este era parte de su recorrido, esta carretera asciende durante unos dos kilómetros para después descender hasta el llano de El Rebollar, donde ya alcanzo la meseta, una vez llegado aquí, significa que he logrado atravesar mi particular barrera de coral, celebro el haber dejado atrás una de las mayores dificultades, pero poniendo los pies en el suelo, todavía hay mucho camino por recorrer. Llegado a la meseta, el paisaje se transforma pasando del paisaje montañoso a las llanuras inmensas coloreadas por el verde de los campos de vid entre El Rebollar, Requena, Utiel y Villargordo del Cabriel, entre tanto campo y algún cruce por encima y por debajo de la vecina autovía llego a Requena donde paro a desayunar, son las nueve y ya tengo hambre.

Requena, San Antonio, Utiel, Caudete de las Fuentes y Villargordo del Cabriel se alzan vigilantes en medio de la extensa y monótona llanura, entre campos de vid, el calor empieza a apretar mientras la carretera sigue ascendiendo poco a poco, a la salida de Caudete me detengo, llevo un rato sintiendo unas molestias en el muslo derecho, a ver si con este descanso me recupero un poco. No consigo entender, si llevo menos distancia de la que he estado entrenando en los meses anteriores ¿Cómo puede ser que tenga ya, molestias? Estas las esperaba hacia el final, pero no tan pronto, tengo la creencia de que si, como, bebo un poco de agua y descanso unos diez minutos estas molestias se pasaran.

Retomo la marcha, con la mosca tras la oreja, creo que esto me puede fastidiar el viaje, llego a Villargordo del Cabriel, el ultimo pueblo de la provincia de Valencia. En aquel viaje en autobús este pueblo era lugar de parada a descansar y tomar algo en el bar durante los quince minutos que el conductor daba de tiempo a los pasajeros. Al contrario de aquel viaje yo no paro a descansar, ya lo he hecho antes y ahora llega un largo y relajado descenso para que las piernas se recuperen, hasta llegar al límite entre Valencia y Cuenca en donde el rio Cabriel es detenido por el embalse de Contreras.



En el viaje al pueblo el embalse de contreras es uno de los puntos más interesantes del viaje, la gente llegaba a levantarse de sus asientos para poder ver y después comentar el nivel de agua y compararlo con el nivel que se recordaba del año pasado. El paisaje era impresionante la carretera bajaba con la visión del embalse a lo lejos, este rodeado por extensos pinares en sus márgenes donde todavía no había llegado el nivel del agua, este, se iba viendo cada vez, más cerca al paso del autobús. El paso por los dos túneles, que a mí me parecían larguísimos, el paso por el muro de la presa donde la visión del lago era mucho más impactante debido a la altura y la única protección de la valla de la presa, después de este tramo el autobús volvía a ascender dejando atrás el embalse y el bosque, buscando de nuevo la llanura, su monotonía y a la vez su belleza, en tierra de Castilla la Mancha.



Llego a Motilla del Palancar, antes he pasado sin más por Minglanilla, Graja de Iniesta y Castillejo de Iniesta, de estas dos últimas poblaciones no las recordaba, en cierto modo me vinieron bien que estuvieran allí para romper con sus blancas casas de tejados de tejas marrones y anaranjadas, la monotonía del paisaje, comenzaba a sentirme un poco cansado, eran casi las tres de la tarde y decidí parar en Motilla a descansar y comer de lo que llevaba en mi mochila que en modo bikepacking la llevaba sujeta al sillín con unos pulpos. La parada duro una hora o así, en una gasolinera, me compré un helado, a modo de homenaje, que me comí enseguida y una botella de agua para el resto del camino, solo me faltaban unos sesenta kilómetros para llegar, unas tres horas sin parar. Haciendo recapitulación de lo recorrido hasta ahora, hasta llegar hasta aquí, llegue con las fuerzas bien, pero la molestia del muslo era un lastre que después de este descanso, debía haber recuperado lo suficiente, para poder terminar lo que me quedaba sin demasiados problemas. En la misma gasolinera me monte en la bici y empecé a pedalear con la confianza de que el camino que me quedaba no era de demasiada dificultad, pero en la tercera o cuarta pedalada, un calambrazo en el muslo derecho me obliga a parar en seco y a punto me hace caerme de la bici, en ese momento se me pasa de todo por la cabeza, ya está, ya se ha terminado pensé, todo eso que pensaba antes de empezar el viaje, ha ocurrido, una sensación de frustración y rabia se apodera de mí, decido sentarme en la repisa del escaparate de un concesionario de coches a la sombra y ver qué pasa mientras me paso la superficie fría de la botella que acabo de comprar por encima de la zona donde me dio el calambre.

Allí sentado espero a ver qué ocurre mientras me aplico el frio de la botella y bebo agua, durante el tiempo que estuve allí sentado estuve en un estado de pre-finalización del viaje, es decir, llame a mi mujer para contarle lo ocurrido y que estuviese prevenida por si tenía que venir a recogerme, me resistía a asumir que debía terminar el viaje, tantos meses preparándolo y hoy va y se fastidia todo en un momento y quien sabe cuándo podría volver a intentarlo. Pasada una hora decidí que llegó el momento de intentarlo, volví a la carretera, me subí a la bici y volví a pedalear de nuevo, las cosas fueron mucho mejor, no sentía molestias, pero pedaleaba con mucho cuidado, como si los pedales fuesen de papel, no fuera a ser que me volviesen los calambres. Tenia por delante treinta kilómetros prácticamente sin ninguna población hasta llegar a La Honrubia donde podía parar, así que, intento no forzar demasiado el terreno es bastante suave lo cual ayuda. Me aproximo al embalse de Alarcón, este como en el de contreras es la atracción del viaje, me paro a contemplar la vista de este desde el mirador, echo unas fotos y al comenzar la marcha resulta que noto un tirón en el muslo izquierdo, igual que me pasó en Caudete de las Fuentes y que al final desemboco en los calambres en Motilla, continúe pedaleando, durante el paso de los kilómetros sin que las molestias fueran a mas, me fue dando confianza y divisar los tejados de las casas de La Honrubia me dio más tranquilidad, era mi oasis en este desierto de asfalto, así pues, pare de nuevo a descansar e intentar recuperarme de todas las molestias, en este sentido, hice una parada mucho más larga de lo que yo hubiese hecho en otras circunstancias. Me faltaba ya muy poco y eso me daba mucha moral, si no volvían las molestias la distancia que me resta es bastante asequible. Todo lo que me estaba pasando con los calambres tenía que deberse a algo, falta de entrenamiento, no sé, anteriormente, he realizado más distancia y no me había pasado tan pronto, falta de alimento, quizá, más tarde, pasado este viaje descubriría que la razón era que tenía que beber más agua, aunque durante el viaje bebí, quizá no fue lo suficiente.


 La vieja carretera desaparece debajo de la actual autovía, así que continuo por un camino asfaltado paralelo a esta junto a los verdes, aun, campos de cereal que me llevara hasta las afueras de La Almarcha, donde en el cruce con otra carretera, giro a la izquierda dirección a Mota del Cuervo, me encuentro a tan solo once kilómetros del pueblo y con la única dificultad de subir un pequeño puerto, en estos momentos, todavía, me encuentro bien de fuerzas, las piernas van bien pero los muslos los tengo a punto de tener calambres, pienso en que después de doscientos kilómetros, si tengo que subir andando lo hare, es un puerto que no he subido nunca en bici con lo que no sé qué dificultad tendrá, pero llegado hasta  aquí, no puede pararme nada. La carretera va ascendiendo poco a poco hasta coronar en un altiplano durante el cual se va llaneando en un paisaje entre campos de cereal, girasoles y monte con carrascas, el sol aun calienta aunque ya son las siete de la tarde, me veo cerca, recuerdo todos estos parajes como si hubiese pasado el día anterior, entonces la carretera comienza a descender flanqueada por dos terraplenes, resultado de la supresión de las antiguas curvas y posterior adecuación de la nueva carretera, esta,  aun en descenso empieza a describir un suave giro hacia la izquierda descubriendo a la vez que los terraplenes desaparecen, el paisaje que hay al otro lado de este altiplano y dentro de él está el pueblo, lo veo a mi derecha, conforme me voy acercando observo como todo sigue más o menos como recordaba, las casas, la torre de la iglesia, el depósito de agua, los dos cerros el de la mesa y el de la cruz entre los que se acomodan las casas entre sus laderas.






Cuando por fin después de cuatro horas de viaje sentado en el autobús se divisaba el pueblo, una vez superado el altiplano, una sensación agridulce se apoderaba de mí, estaba ya muy cerca de llegar a nuestra parada, donde pasaría mis vacaciones las próximas semanas y eso me ilusionaba, pero a la vez sentía tristeza porque el viaje se terminaba, ahora me pregunto si quizá, inconscientemente, el ir al pueblo, no sería mi excusa para mi verdadera intención, la de viajar y descubrir nuevos paisajes.

 Bajábamos del autobús ante la mirada curiosa de los paisanos que estaban sentados pasando la tarde a la sombra junto a la parada, mientras el conductor nos abría el maletero, nosotros sacábamos el equipaje y mi abuela que nos estaba esperando, nos ayudaba después a llevarlo hasta su casa, mientras el autobús desaparecía atravesando el pueblo hacia otro lugar.

 Salgo de la carretera para entrar por la vieja y estrecha travesía que atraviesa el pueblo partiéndolo en dos, recorro con la bici, las calles por las que de niño jugaba, todo me es familiar la fuente de la solana, la calle donde mi abuela tenía su casa, la iglesia y su plaza, la casa donde nació mi madre, pero aunque todo me es conocido, a la vez siento que todo lo que me rodea queda lejano, muy lejano en el tiempo, paseando por las calles me encuentro con muy poca gente, ellos me miran y yo también, no los reconozco, ni ellos tampoco a mí, para ellos soy un forastero alguien que solamente pasa por allí con una bicicleta, sin sospechar que hace un millón de años, yo veranee y jugué por estas mismas calles, finalmente mis pedaladas me dirigen al cerro de la mesa, donde realmente para mí, tiene sentido acabar este viaje, una atalaya desde la cual se puede divisar, además del pueblo, todo el territorio que lo rodea, que en la época que estamos, todos los campos están verdes, mientras el sol, poco a poco acercándose al horizonte,  hace que todos los colores y las cosas adquieran un tono que invita a la melancolía.